Ir al contenido principal

Elita y sus abuelos, una historia de amor, que también terminó en tragedia

Elita se crió con sus abuelos, María Mávila Marín y Ernesto Vásquez Zelada, desde pequeña hasta los 4 años aproximadamente en Cajamarca - Celendín. Criada junto con su tía "Jovita", sólo se llevaban un año de edad.


Elizabeth Vásquez se encontraba en Lima estudiando dos carreras profesionales, y carecedora de tiempo, su madre, Mávila decide hacerse cargo de Elita.

La abuela, Mávila Marín cuidó a Elita con el mismo amor que su hija Jovita, las engreían y consentían de todas las formas posibles.



A los 4 años de Elita, deciden que lo mejor sería radicar en el departamento de Lima, para poder tener una educación de calidad, y de igual forma, poder darle mayores privilegios.

Elita fue creciendo, y era notorio el gran amor que sentía por su segunda madre, su abuela, María Marín.




***

Hasta que llegó el día del asesinato de la abogada Elizabeth Vásquez, y toda la familia conmocionada tratando de explicar qué es lo que había ocurrido, sufriendo. Preguntándose, cómo una mujer tan buena, trabajadora y servicial habría podido terminar de esa forma. 
Los padres, sorprendidos también, con la actitud de su nieta, Elita, una conducta fría y una mirada perdida; no dando importancia al hecho de la pérdida de su madre, y con explicaciones sin sentido de lo que habría pasado el macabro día del asesinato... sentían desconocer a esa niña a la que amaron tanto y cuidaron desde muy pequeña.


Los efectivos policiales que llevaban el caso, empezaron a tener indicios de quién habría poder sido el autor intelectual del crimen, y con las pruebas, y testimonios contradictorios, llegaron a la conclusión de que la culpable habría sido la propia y única hija de la abogada Vásquez.

Un hecho inexplicable que decidió cometer Elita, contra su propia sangre; que día a día apagaron cada vez más el amor de sus abuelos.

Sin Embargo, Don Ernesto, decidió visitar a su nieta, esperando poder abrazarla, y perdonarla, a pesar de tan macabro hecho; simplemente era su sangre, y a la sangre se le protege. No buscando su inocencia, pero sí buscando justicia.


Don Ernesto: "Es mi nieta, y la familia esta en lo bueno y en lo malo. Sé que cometió un error, pero yo soy su abuelo, y mi deber, aparte de que se cumpla y que se sancione lo que tenga que sancionar, también es protegerla y cuidarla".

Grande fue la sorpresa del abuelo, al ver que su nieta lo expulsó de su celda, con conductas violentas y fuertes palabras. Fue cuando decidió no ver más a su nieta. Pues al igual que su hija; su nieta Elita, también había muerto, en vida, pero muerta.

***

Elita decide revelar hechos respecto a la vida de su abuelo, hechos que la familia desmiente. Sabían que lo único que ella quería conseguir era la decadencia de Don Ernesto. 
Llamadas recurrentes con insultos y palabras hirientes, que poco a poco fueron perjudicando la poca tranquilidad del abuelo; decepción, melancolía, resentimientos, y un excedente hambre de justicia terminaron con la vida del señor Ernesto Vásquez, a sólo 1 año de la muerte de su querida hija.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Su cómplice: Fernando Gonzales

Elita encontró el amor en el lugar menos pensado, en la iglesia mormona en el distrito de San Isidro, a la que su familia frecuentaba. El joven, de nombre Fernando Gonzales Asenjo, engatusó de cierta forma a Elita, hasta el punto que la manejaba, aparentemente estaba con ella por mera conveniencia económica. Fernando era un "chico problema", no tenía un trabajo fijo, no estudiaba, y quería tener la vida fácil. Fue así que aprovechó su relación con Elita, que sea una persona manipulable y con tanta facilidad económica. Su enamorado le pedía que le compre comida de restaurantes caros, que le compre ropa de las mejores marcas, le exigió que le pague un lugar donde poder quedarse a vivir, ya que su madre lo habría botado de su propia casa al ser tan aragán. Al principio, Elizabeth Vásquez aceptaba la relación amorosa del joven con su hija, ya que aparentemente era un buen muchacho al pertenecer a la iglesia mormona. Pero lo que muchos ignoraban, era que Fernando as...

Relación amor-odio de Elita y su madre

Desde muy pequeña “Elita” se sentía fuera de sitio, al no poder contar siempre con la compañía de su madre, puesto que ésta estaba muy recargada de trabajo al contar con dos carreras profesionales, múltiples empresas y muchas personas a cargo. Elizabeth Vásquez para tratar de compensar ese tiempo que no podía pasar con su única hija, la llenó de privilegios. Elita creció y vivió como una reina; los mejores juguetes, ropas de marca, viajes al extranjero, una educación de alto nivel; pero sobre todo, le cumplía todos sus caprichos. Ya al pasar de los años, Elita se sentía menos agraciada que su madre, y en cada ocasión que podía, ésta le reclamaba, ofuscada, el por qué no se parecía a ella. Fue así que parte de sus caprichos eran operaciones, arreglitos, los cuales podían realzar su belleza, y poder quizá, aumentar su confianza y autoestima. Pero nada era suficiente. Elita tenía hambre de ambición, poder, libertad, a cualquier costo, incluso por sobre el amor d...