Iba a ser el crimen perfecto.
Limpiaron las huellas, no se hallaron rastros de sangre, nadie los vió con el cuerpo.
Pero, las mentiras tienen patas cortas, y más aún cuando hay una familia, y todo un país pidiendo justicia.
Liliana relató que Elita le confesó lo siguiente: Yo fui quien le hizo eso a mi mamá, porque me tenía harta, no me dejaba estar con mi enamorado. Yo la he matado, la aplasté con la almohada.
Las declaraciones de la empleada Liliana Huamán exaltaron la tranquilidad de Elita Espino.
En el desarrollo de la audiencia, Liliana manifestó que estuvo bajo amenaza del padre, Alejandro Espino, quien le exigió que no hable nada de lo que su hija le había confesado porque habrían grandes consecuencias.
La empleada señaló: "Escuché gritos de auxilio, auxilio, una voz que se iba apagando".
La encerraron poco antes del asesinato. Y la dejaron salir por la mañana.
Una mente criminal, que fue planeando cada cosa a detalle, no dejar ningún cabo suelto para el crimen perfecto. ¿Una mujer bipolar, o un psicópata en todo su esplendor?
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